Información básica sobre el cáncer de tiroides y su tratamiento

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El Dr. Antonio Trejo ofrece tratamiento de cáncer en León, Gto. especializado para la tiroides, una glándula que se encuentra en la base del cuello encargada de producir las hormonas que regulan la frecuencia cardíaca, presión arterial, temperatura corporal y peso. El cáncer de tiroides afecta las células de esta glándula y ocasiona distintas alteraciones según el tipo de cáncer del que se trate.

Signos y síntomas de cáncer de tiroides

Por lo regular el cáncer de tiroides no produce ningún signo ni síntoma en sus primeras fases de desarrollo, pero a medida en que el padecimiento evoluciona puede ocasionar la formación de un bulto palpable a través de la piel en el cuello, cambios en la voz, aumento de ronquera, dificultades para tragar, dolor en cuello y garganta e inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello. En caso de identificar alguno de estos signos y síntomas es necesario consultar a un médico que se encargue de hacer las pruebas necesarias para el diagnóstico e indique el tratamiento oportuno que pueda resultar más adecuado para ustedes.

Causas

El cáncer de tiroides se produce cuando las células de la glándula presentan cambios genéticos y genera que crezcan y se multipliquen rápidamente. Estos cambios hacen que las células pierdan la capacidad de morir y al acumularse forman un tumor. El crecimiento anormal de las células puede ocasionar la invasión de los tejidos cercanos y comenzar a propagarse por todo el organismo.

Tipos

Hay diferentes tipos de cáncer de tiroides y dependiendo del que se les diagnostique a los pacientes, los mejores oncólogos en León, Gto. determinarán el tratamiento. El tipo de cáncer de tiroides más frecuente es el papilar, originado en las células foliculares que producen y almacenan las hormonas tiroideas. El cáncer de tiroides papilar puede presentarse a cualquier edad, aunque es más frecuente en personas a partir de los 30 años.

El cáncer de tiroides folicular se origina en las células foliculares de la tiroides y afecta a personas mayores de 50 años. En este tipo de cáncer se incluye el Hurthle que es poco frecuente pero muy agresivo. El cáncer medular de tiroides, por otro lado, comienza en las células C, encargadas de la producción de la hormona calcitonina. El cáncer medular de tiroides en un estadio temprano puede identificarse por el alto nivel de calcitonina en la sangre. Cabe mencionar que hay algunos síndromes genéticos que aumenta el riesgo de padecer cáncer medular de tiroides.

El cáncer anaplásico de tiroides es otro tipo, y si bien es poco frecuente, crece muy rápido y es difícil de tratar. Por lo general se presenta en adultos mayores de 60 años. Por último, está el linfoma de tiroides, originado en las células del sistema inmunitario de las tiroides de rápido crecimiento, más frecuente en adultos mayores.

Factores de riesgo

Los factores que incrementan el riesgo de cáncer de tiroides incluyen el ser del sexo femenino, pues es un padecimiento más frecuente en las mujeres que en los hombres, la exposición a altos niveles de radiación en cabeza y cuello, lo que puede ocurrir en accidentes en una central nuclear o al probar armas. También algunos síndromes genéticos hereditarios como el cáncer medular de tiroides y la neoplasia endocrina múltiple incrementan el riesgo de padecer cáncer de tiroides.

El tratamiento de cáncer en León, Gto. es indispensable para combatir las células mutadas, sin embargo, a pesar del tratamiento, el cáncer puede aparecer otra vez, incluso cuando se ha extraído la glándula, ello si el cáncer se propagó más allá antes de la extracción. El cáncer de tiroides puede aparecer otra vez en los ganglios linfáticos del cuello, en fragmentos del tejido tiroideo y otras partes del cuerpo. El cáncer de tiroides recurrente puede tratarse y para mantener un control los especialistas recomiendan someterse de manera periódica a análisis de sangre o exploraciones de la tiroides.

Diagnóstico

Para el diagnóstico el especialista hace una exploración física en búsqueda de cambios físicos en la tiroides y recaba información acerca de antecedentes familiares de tumores y exposición excesiva a radiación. Los análisis de sangre son parte importante para el diagnóstico pues son de utilidad para determinar si la glándula funciona normalmente. Es posible que se indique una biopsia para obtener una muestra del tejido y buscar células cancerosas.

Las pruebas de diagnóstico por imágenes, como una tomografía computarizada, una tomografía por emisión de positrones o una ecografía ayudan al médico a determinar hasta dónde se ha diseminado el cáncer. También pueden solicitarse análisis genéticos para buscar genes que incrementen el riesgo de padecer cáncer, especialmente en personas con cáncer medular de tiroides.

Tratamiento

El tratamiento oncológico para la tiroides depende del tipo de cáncer identificado, de su estadio, del estado de salud general del paciente y de sus preferencias. En la mayoría de los casos se recomienda un tratamiento quirúrgico y la opción más frecuente es una tiroidectomía en León, Gto. que consiste en la extirpación de toda o gran parte de la glándula. Para la extirpación el cirujano hace una incisión en la base del cuello para acceder a la tiroides y deja bordes de tejido alrededor para reducir los riesgos de daños en la glándulas paratiroides.

La extirpación de los ganglios linfáticos del cuello también puede hacerse al extirpar la tiroides si presentan un agrandamiento, ello para analizarlos y detectar células cancerosas. Otra opción es la lobectomía tiroidea que consiste en la extirpación de una parte de la tiroides, recomendada cuando el cáncer es muy pequeño.

Después de la cirugía se indica una terapia hormonal que le suministra al organismo la hormona faltante producida en condiciones normales por la tiroides y contribuye a inhibir la producción de hormonas estimulantes que podrían ocasionar el crecimiento de las células cancerosas remanentes. Es necesario que los pacientes se hagan análisis de sangre regulares para el control de los niveles hormonales.

También puede indicarse un tratamiento con yodo radioactivo en dosis altas para destruir todo el tejido tiroideo y zonas de cáncer que no fueron extirpadas durante la cirugía. El yodo radiactivo también ayuda a evitar que el cáncer reaparezca después de la cirugía y para tratar el que se haya diseminado a otras parte del cuerpo. La vía de suministro del yodo es oral en forma de cápsulas o líquido.

En futuras publicaciones en este blog hablaremos sobre otros tratamientos empleados para el cáncer de tiroides, como la radioterapia, la terapia dirigida con medicamentos, la quimioterapia y los cuidados paliativos recomendados.

Les recordamos que, si buscan un especialista en el tratamiento de cáncer en León, Gto., el Dr. Antonio Trejo es una excelente opción por su amplia experiencia. Contáctenos a los teléfonos (477) 461 4082 o (477) 461 4083 para solicitar información detallada o agendar una cita, con gusto los atenderemos.

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